¿Cómo habéis organizado la vuelta a las oficinas en previsión a lo que puede pasar y a la pandemia que estamos viviendo?
La implantación en nuestro despacho, desde hace más de una década, de tecnologías avanzadas de gestión, nos ha permitido y facilitado en todo momento el trabajo telemático. De hecho, como medida preventiva, lo implantamos para todo el equipo incluso antes de la declaración del estado de alarma. Es verdad que se echa en falta el contacto personal y el trato cotidiano con todo el equipo, pero también lo hemos tratado de paliar con videoconferencias diarias por áreas, equipos de trabajo o con todo el equipo de la firma.
Actualmente tenemos establecido un sistema rotatorio de asistencia al despacho y se ha priorizado para todos el trabajo telemático. Incluso la asistencia a muchos juicios se está haciendo así. Estamos preparados para cualquier cambio de situación y para volver a implantar, si fuera necesario, medidas similares a las ya establecidas en el confinamiento, las cuales no han limitado significativamente nuestra operatividad, aunque desde luego deseamos como todos que ello no sea necesario.
¿Qué temas son los que os están entrando más?
Desde luego, los asuntos laborales relacionados con la crisis nos han supuesto mucho trabajo y actividad. También se ha abierto un terreno que no es nuevo, pero que aflora con cada crisis, como es el de la modificación de condiciones contractuales por la alteración inesperada de las bases de los contratos, tanto privados, como públicos. En el sector aeronáutico el impacto de la crisis está siendo brutal, por lo que hemos reforzado nuestro apoyo a las empresas del sector en materia de consultoría financiera y de ayudas públicas.
La edificación en general no se ha visto tan afectada, pero sí se resiente igualmente de los efectos económicos de la pandemia. Hemos visto incrementados los casos de paralizaciones y abandonos de obras en curso, lo que ha supuesto la necesidad de prestar apoyo legal a los afectados, con las dificultades añadidas del confinamiento. La litigiosidad, en parte, quedó bloqueada por la suspensión de plazos, pero al mismo tiempo se pudieron activar medidas cautelares y otros trámites urgentes en todo lo relacionado con la propia situación derivada de la pandemia. Inexorablemente, los procesos concursales, las restructuraciones empresariales y la litigiosidad en general están aumentando y se espera un incremento mucho mayor en el corto y medio plazo.
¿Qué preocupaciones son las que más os plantean vuestros clientes?
Incertidumbre es ahora la palabra más usada en todas las reuniones y conversaciones. Muchas empresas están en mayor o menor medida paralizadas y sus ejecutivos también. Las inversiones se retraen y la amenaza de colapso económico entorpece la iniciativa, lo que supone un círculo vicioso del que es necesario salir. La incertidumbre laboral también es muy preocupante, si bien en esta actual crisis al menos el sector financiero viene ya restructurado, aparentemente «vacunado» y fortalecido desde la crisis anterior.
Es el único ámbito donde se esperan o están ya en curso grandes movimientos corporativos, como es público y conocido. Todos esperamos que ello se traduzca en una flexibilización del acceso al crédito y a la financiación, cosa que desde luego también preocupa y mucho a nuestros clientes, tanto empresas, como autónomos y particulares.
¿Qué consejos les estáis dando a vuestros clientes?
Deben adoptarse medidas de planificación para sortear un periodo de recesión que puede llegar a ser amplio. El reforzamiento financiero de las empresas va a resultar trascendental, por lo que estamos apoyando a nuestros clientes para que puedan acceder a las ayudas públicas de todo tipo y al crédito bancario. Es el momento de los planes de viabilidad preventivos, antes de que las empresas colapsen.
Debe mantenerse la actividad en el mercado ya que el retraer la economía conduce a su bloqueo. Creemos que es momento de prudencia, pero también de iniciativa y hasta de asunción de proyectos nuevos. La sangre del mercado es esa iniciativa y tiene que circular para evitar la gangrena.