El cash pooling representa una estrategia efectiva para gestionar los recursos financieros en conglomerados empresariales o en aquellas corporaciones con múltiples sucursales o divisiones.
En situaciones donde su negocio posea varias cuentas bancarias dentro del mismo banco, ya sea por operar diversas sucursales o por el deseo de monitorear ciertas transacciones de manera independiente, es probable que en algún momento haya enfrentado cargos por sobregiros en alguna cuenta, mientras otra contaba con fondos sobrantes. Esta circunstancia se puede prevenir mediante la implementación de un sistema de cash pooling con su institución bancaria.
¿En qué consiste el cash pooling?
El término cash pooling hace referencia a una práctica de gestión financiera, originaria del ámbito anglosajón, que permite una administración de fondos ya sea centralizada o descentralizada, y que actúa como una fuente de financiación. Esta técnica es particularmente relevante en el contexto de grupos empresariales.
Toda empresa, desde su inicio, suele ser de pequeña envergadura o incluso una microempresa, lo que lleva a que la gestión de sus fondos esté completamente centralizada, a menudo a cargo del propio fundador o administrador.
En las fases iniciales, las operaciones comerciales son relativamente sencillas, al igual que la contabilidad. Los recursos financieros de la empresa se consolidan en una única cuenta bancaria, a través de la cual el administrador cubre los gastos y obligaciones, facilitando así la elaboración de los estados contables.
No obstante, a medida que la empresa crece y su estructura se vuelve más compleja, el cash pooling emerge como una solución viable.
Consideremos, por ejemplo, un conglomerado empresarial, que podría incluso ser internacional. Cada empresa del grupo podría tener su propia gestión de fondos centralizada, o bien, una entidad matriz podría encargarse de la gestión financiera del grupo completo, representando una centralización de fondos.
Por lo tanto, el cash pooling implica la consolidación de todos los recursos en una cuenta bancaria central. Existen dos modalidades principales: el cash pooling físico y el virtual.
El cash pooling físico permite que todas las cuentas de un grupo empresarial se utilicen de manera conjunta para atender las obligaciones con terceros. Por otro lado, el cash pooling virtual implica que únicamente la cuenta de la empresa matriz se encarga de realizar los pagos, lo que constituye una centralización efectiva de la gestión financiera, haciendo que las subsidiarias dependan financieramente de la matriz. Esto permite optimizar la gestión de los recursos financieros.
Este mecanismo es viable dentro de empresas del mismo grupo a nivel nacional, sin que represente mayores inconvenientes. Sin embargo, la implementación de este sistema a nivel europeo o internacional puede presentar desafíos, especialmente al tratar de encontrar bancos con presencia en toda la Unión Europea, sin mencionar las complicaciones que puede acarrear el cambio de divisas.
Finalmente, es importante mencionar que, aunque el cash pooling puede facilitar la redistribución de recursos financieros y mejorar la liquidez entre las empresas del grupo, el drenaje de fondos de una filial puede provocar problemas contables serios, incluso situaciones de insolvencia.
Además, desde un punto de vista legal, el cash pooling podría ser motivo de demanda en casos de conflictos laborales, permitiendo a los empleados de una filial, demostrando la existencia de esta práctica, presentar demandas contra todas las empresas del grupo.
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