Si su empresa atraviesa dificultades de tesorería, una alternativa eficaz puede ser refinanciar su deuda. De esta forma, podrá aliviar la presión financiera y alcanzar una mayor estabilidad en su negocio. Es común que las empresas estructuren su financiación a corto plazo con el objetivo de reducir los intereses. Sin embargo, esta estrategia puede generar problemas de liquidez si el plazo de devolución del préstamo es muy corto. Un ejemplo de ello es financiar activos a dos o tres años cuando lo adecuado sería un plazo más largo. Esto suele suceder si los activos tienen una vida útil extensa o si, en los primeros meses, no generan suficiente actividad para cubrir las cuotas del préstamo. Además, la operativa diaria de la empresa también puede generar falta de liquidez, debido a factores como no cumplir con las previsiones de ventas (en unidades, precios de venta o ambos), plazos de cobro reales superiores a los anticipados o recibir impagos que no se pueden recuperar, lo que provoca que un descubierto en cuenta se extienda más de lo esperado.
En situaciones de escasez de liquidez, una solución recomendable es refinanciar la deuda. Puede renegociar los plazos de pago con su entidad bancaria, ya sea para una deuda específica o consolidando varias. Esta opción le permitirá mejorar su fondo de maniobra, aliviar las tensiones de tesorería y fortalecer la imagen financiera de la empresa ante bancos y otros terceros. Una solicitud de refinanciación exitosa debe incluir una proyección de tesorería a futuro y justificar las causas de la falta de liquidez. Es esencial demostrar que se trata de circunstancias excepcionales, como un impago inesperado o la pérdida temporal de un cliente importante.
Para lograr la aprobación de la refinanciación, es crucial presentar cifras y documentación contable, como balances, cuentas anuales y detalles del pool bancario. Además, debe proponer una solución sólida, realizando los cálculos necesarios y presentando un nuevo plazo de pago que reduzca la cuota mensual, mejorando así la tesorería. También es fundamental respaldar la propuesta con datos claros y bien organizados que justifiquen la necesidad de la refinanciación.
Refinanciar la deuda permite reducir la presión sobre la tesorería, mejorando la capacidad de pago y reduciendo el riesgo de impagos. Esto contribuye a mantener la operativa diaria sin contratiempos. Una refinanciación exitosa puede fortalecer la percepción que los bancos y otros terceros tienen de la empresa, lo que puede abrir puertas para futuras líneas de crédito o facilidades adicionales. Al extender los plazos de pago, la empresa obtiene mayor flexibilidad para manejar sus compromisos sin comprometer el flujo de caja. Esto es particularmente valioso en periodos de incertidumbre económica o cambios en el mercado.
Para lograr una refinanciación exitosa, es recomendable mantener una comunicación abierta con el banco, informando sobre la situación financiera de manera clara y honesta. Además, debe evaluar todas las opciones disponibles antes de solicitar la refinanciación, como consolidar deudas o buscar otro tipo de financiación que pueda ajustarse mejor a la situación de la empresa. Es importante ser realista con los plazos y montos propuestos, considerando la capacidad de generación de flujo de caja a corto y medio plazo.
En conclusión, refinanciar la deuda es una herramienta poderosa para empresas que enfrentan problemas de liquidez. Con una planificación adecuada y una presentación estructurada ante el banco, puede aliviar las tensiones de tesorería, mejorar la imagen financiera de la empresa y ganar la estabilidad necesaria para seguir creciendo y operando de forma eficiente.
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