Hoy abordamos un tema crucial que, en nuestro despacho, consideramos fundamental. En nuestras reuniones periódicas con los clientes, insistimos especialmente en este apartado, ya que nos brinda una visión clara de la «salud financiera» de la empresa. Aunque el cliente suele centrarse en las cifras de facturación o los resultados, muchas veces no tiene en cuenta los indicadores que miden el Fondo de Maniobra.
¿Cómo se calcula?
Recordemos cómo se calcula el Fondo de Maniobra: es la diferencia entre el Activo Circulante y el Pasivo Circulante.
El Activo Circulante incluye aquellos activos que se pueden convertir en efectivo en un plazo máximo de doce meses (como existencias, clientes, tesorería, etc.), mientras que el Pasivo Circulante abarca las deudas que debemos liquidar en el mismo periodo (proveedores, acreedores, deudas financieras, etc.).
Si el resultado es positivo, significa que tenemos los recursos necesarios para afrontar nuestras deudas. Si es negativo, no tendremos capacidad para atenderlas. En caso de saldo positivo, es importante evaluar si la diferencia es levemente superior a uno o mucho más alta.
Es esencial recordar que un Fondo de Maniobra muy elevado no siempre indica una situación financiera óptima, como a veces se interpreta. De hecho, un exceso de saldos en tesorería, más allá de lo que la empresa realmente necesita, tampoco es una señal positiva. Aunque siempre es preferible tener saldos positivos que negativos, es necesario evaluar si disponer de grandes cantidades de dinero en cuenta corriente es la mejor opción desde un punto de vista de rentabilidad financiera.
¿Cómo resolver un Fondo de Maniobra negativo?
Si el Fondo de Maniobra es negativo, debemos analizar si la causa es puntual o estructural. En cualquier caso, es necesario tomar decisiones, como deshacernos de activos no esenciales o poco rentables, evaluar la posibilidad de realizar ampliaciones de capital por parte de los socios, refinanciar deudas de corto plazo a medio plazo, negociar acuerdos de pago con proveedores o buscar nuevas fuentes de financiación externa.
Todo esto debe ser analizado con tiempo. Si, por ejemplo, decidimos solicitar una refinanciación a nuestros proveedores, esto puede generar una pérdida de confianza, especialmente si se trata de pequeñas cantidades. Contrario a lo que algunos piensan, la desconfianza tiende a aumentar cuanto menor sea la deuda incumplida. Por ello, recomendamos realizar un seguimiento constante del Fondo de Maniobra, semanal o mensualmente, según el volumen de cada empresa.
¿Para qué sirve el Fondo de Maniobra?
El Fondo de Maniobra nos permite determinar la liquidez de la empresa, analizar la seguridad financiera disponible, optimizar los recursos por cobrar y las deudas por liquidar, mejorar la planificación de tesorería a corto plazo y contar con información precisa para elaborar la estrategia empresarial en ese mismo periodo.
¿Cómo optimizar el Fondo de Maniobra?
Existen varias formas de optimizar el Fondo de Maniobra: reducir los plazos de cobro, por ejemplo, ofreciendo descuentos por pronto pago; fortalecer la relación con los proveedores, lo que nos permitirá mejorar los plazos de pago; gestionar eficientemente las existencias para ajustarlas a las necesidades reales de la empresa o negociar líneas de financiación con entidades bancarias.
En resumen, desde nuestro despacho siempre recomendamos poner un énfasis especial en la gestión del Fondo de Maniobra. Aunque no es una tarea compleja si se dispone de las herramientas adecuadas, sí requiere una toma de decisiones adecuada. La clave está en cómo lo gestionemos, ya que de ello dependerá la buena o mala salud financiera de la empresa.