El sector de las asesorías y despachos profesionales sigue teniendo como reto la digitalización, ya sea de procesos internos como de aquellos que facilitan la comunicación con los clientes.
Desde nuestra firma evolucionamos constantemente con herramientas de transformación digital. A través de automatización de procesos y digitalización de datos, la mejora en la relación colaborativa con el cliente y la comunicación hacia el exterior, nos convertimos en un despacho próximo e innovador.
La primera condición para iniciar el proceso de transformación digital ha sido el convencimiento de la propia Dirección, así como transmitir al resto de personal la importancia de su implicación. La segunda condición, establecer un presupuesto de inversión de las herramientas tecnológicas que van a ser necesarias para optimizar los procesos, así como estimar el retorno de dicha inversión.
El punto de inflexión se inició en el año 2016, con la implantación de un software de gestión especializado en asesorías, con una dedicación importante de recursos en la implantación y una elevada inversión económica. Pero nuestro primer viaje a la digitalización no estuvo exento de pequeños obstáculos en cuanto a resistencia al cambio, muchas horas dedicadas en la carga de información y errores iniciales por falta de suficiente formación.
Los resultados fueron muy beneficiosos en cuanto a aumento de la productividad del personal, disponer de información centralizada en los diferentes departamentos y en profesionalizar la gestión del despacho con una orientación del mejor servicio al cliente.
A partir de ese momento, la tecnología paso a desempeñar un papel fundamental en el despacho para mejorar la productividad de nuestro equipo. El principal valor que debe ofrecer un despacho es un SERVICIO DE CALIDAD, CONOCIMIENTO ESPECIALIZADO, ATENCIÓN CONTINUA, PROACTIVIDAD Y AGILIDAD.
El perfil del profesional del despacho debe estar alineado con los valores que fundamentan la visión del despacho. La tecnología se debe ocupar de tareas administrativas y de poco valor para el trabajador, pasando a desempeñar un rol donde prevalece la confianza y comunicación efectiva para solucionar los problemas de sus negocios.
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