Aplaudo la iniciativa de Carlos San Juan, de 79 años, con su queja hacia el tratamiento que los bancos, inmersos en una transformación digital acelerada, están dando a un segmento muy importante de nuestra sociedad, que son las personas mayores. Personas que no tienen porque verse obligadas a vivir otra revolución en su vida. Personas a las que les toca disfrutar de un merecido descanso.
Y me alegra enormemente que la banca haya reaccionado positivamente viendo la sensatez de las demandas de Carlos San Juan. Entiendo que como no podía ser de otra manera.
Porque la transformación digital tiene que servir para mantener o aumentar nuestro bienestar social, para hacer que las empresas sean más productivas y para que España no se quede anticuada dentro de un entorno global, lo cual sería un verdadero suicidio de país.
Ahora bien, eso no puede conllevar que dejemos a una parte importantísima de nuestra gente en la cuneta por no tener capacidades tecnológicas ni tiempo ya para adquirirlas.
Según datos oficiales, casi 10 millones de personas en España son mayores de 65 años. “el 20% de la población”. Una de cada 5 personas. Alrededor de 4,5 milones tienen más de 75 años. “el 10% de la población”.
Sólo se me ocurre una pregunta: ¿Qué tipo de país sería capaz de dejar desatendidos a semejante porcentaje de la población simplemente porque no saben pedir cita previa en un ordenador o en un móvil?. Y no pensemos en que se lo tienen que solucionar sus familiares, porque entonces chocaremos frontalmente con el sueño de que nuestros mayores se mantengan activos e independientes.
Necesitamos acelerar en nuestra transformación digital como sociedad que evoluciona, pero no podemos dejar abandonados a aquellos que nos trajeron hasta aquí porque no tengan ya capacidad para adaptarse a las nuevas tecnologías. Ellos ya cambiaron el mundo con mucho sacrificio y esfuerzo. Ni les toca volver a cambiarlo ni podemos olvidarlos. Sería tremendamente injusto como sociedad que eso ocurriera.
Y una vez que la banca, sector privado, ha mostrado su sensibilidad con este asunto, le toca hacerlo a la Administración, que es quien con mayor énfasis debe cuidar de ellos. Porque es para ellos para los que pagamos una gran parte de nuestros impuestos.
Estoy totalmente de acuerdo en que la Administración presione a empresas y autónomos a acelerar su transformación digital, pues en ello está nuestro futuro. No entiendo que haya empresarios que hacen verdaderas maravillas con las APPS de sus móviles, y sin embargo mantengan la administración de sus empresas en soporte papel, cuando precisamente su empresa es la fuente que genera el dinero para que tengan móviles de última generación.
Ahora bien, la Administración tiene que segmentar y dar un trato diferencial a esos 10 millones de mayores que tenemos en España. No puede desasistirlos por no tener cita previa. Tendrá que reorganizar sus recursos disponibles y crear unidades de atención de mayores para que ninguno de ellos se sienta abandonado por no saber usar un ordenador, un móvil o hablar con un servicio telefónico atendido por una máquina.
Nuestros mayores se han dejado la piel para construir un mundo mejor y que nosotros lleguemos hasta aquí. Ahora se merecen sencillamente la Gloria. Y es nuestra obligación conseguírsela, o al menos no negársela.
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