Cuando una empresa opta por un proceso de movilidad laboral, este supone un esfuerzo económico al que hacer frente. Y no solo eso, también un esfuerzo de traslado de talento que hay que cubrir en la organización que el expatriado abandona de forma temporal. Todo este proceso, ¿cómo se debe de medir?
Si tienes una empresa y quieres sumarte a los procesos de movilidad tan en boga y necesarios más que nunca en este mundo globalización en el que vivimos, debes tener en cuenta una serie de características y una estrategia a seguir en procesos de movilidad laboral pero también en cómo medir el éxito de esta nueva apuesta. Al fin y al cabo, es un esfuerzo extra para la empresa y debe dar sus frutos. Te damos algunas pistas.
Según el 57,1% de las empresas consultadas, el propio rendimiento en el puesto de trabajo durante el traslado es la vara de medir más inequívoca que existe en un proceso de movilidad laboral. Esto tiene relación en cuanto a resultados empresariales, aumento de ventas, sinergias empresariales conseguidas, aumento de clientes y por ende de beneficios… lo que viene siendo el cumplir con los objetivos económicos de la empresa, naturalmente.
Sin embargo, no solo estos aspectos monetarios son importantes para una empresa que decide iniciar un proceso de movilidad laboral y medir los éxitos conseguidos por el impacto positivo que ha tenido la llegada del expatriado a una región en concreto es importante para un 51,8% de los encuestados. ¿Qué quiere decir esto? Sin duda, la posición de este trabajador como referencia o profesional teniendo en cuenta como nueva figura destacada en su sector, por haber adquirido un nombre notorio en dicho territorio y en su sector. Lo que viene siendo, reputación y marca.
También cabe la pena tener en cuenta a la hora de cómo medir el éxito de un proceso de movilidad laboral en la mejora de las capacidades claves del empleado de la empresa. Es decir, pensar que esta movilidad le ha servido para mejorar su forma de trabajar, pulir ciertos aspectos y mejorar otros que serán, sin duda, de gran aplicación en su vuelta. Al menos es lo que opinan el 30,6% de las empresas. La misma progresión laboral del empleado con un 26,1% cara a futuras promociones es otra forma de medir el éxito de un proceso de estas características.
Pero eso sí, si un empleado con talento tiene intención de abandonar la empresa o porque ha escuchado otras más atractivas, el 21,8% de las empresas creen que “premiarles” con un proceso de movilidad laboral y tenerlo así especialmente en cuenta, ayudará a retener al empleado.
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