EADA lanza un nuevo Master en Asesoría Fiscal que es el único del mercado con un formato 100% Executive. Va dirigido a abogados y economistas que quieren actualizar sus conocimientos sobre este ámbito pero también a cualquier profesional de áreas cercanas a la fiscalidad. El nuevo programa aporta al participante una alta especialización en materia fiscal, con un enfoque muy práctico basado en la resolución de casos reales. Hablamos acerca de todo ello con el director del programa, Sergio Gorina, responsable del departamento fiscal del despacho Giménez-Salinas.
¿Qué necesidades cubre el nuevo Master en Asesoría Fiscal de EADA?
Desde EADA hemos diseñado este programa para atender una necesidad formativa de determinados perfiles profesionales que no estaba cubierta satisfactoriamente en el mercado. Si analizamos la oferta formativa existente en fiscalidad vemos que está orientada fundamentalmente a perfiles muy junior, prácticamente recién graduados o con dos años de experiencia. Además, en la mayoría de casos, se emplean metodologías que requieren muchas horas presenciales en el aula y el peso de la clase magistral teórica es muy superior al de las horas lectivas prácticas. Por tanto, con el Master en Asesoría Fiscal de EADA hemos creado un producto verdaderamente adecuado para profesionales con una edad media superior que desean obtener una alta especialización en materia fiscal de forma práctica y optimizada, en un corto espacio de tiempo. Se trata del único programa que hay en el mercado con un formato 100% Executive.
¿Cuál es el público objetivo de este master?
El programa tiene dos destinatarios principales. Por un lado, abogados y economistas que ya se dedican habitualmente al asesoramiento fiscal y que desean actualizar sus conocimientos con las últimas novedades legislativas, las últimas tendencias doctrinales, o con los más recientes criterios administrativos y jurisprudenciales. Por otro, cualquier profesional de un ámbito cercano a la fiscalidad -como, por ejemplo, auditores, controllers, financieros, profesionales procedentes de la banca o abogados dedicados a la asesoría jurídica de empresas- que desean obtener una alta especialización en materia fiscal, ya sea como complemento a su profesión o para sustituirla y dedicarse profesionalmente al asesoramiento fiscal. En definitiva, se trata de profesionales que cuentan con un limitado tiempo de dedicación, que se acercan al programa con diferentes niveles de conocimiento previo en cada una de las diferentes áreas de la fiscalidad y que buscan obtener conocimientos prácticos que puedan aplicar en sus trabajos.
En tu opinión, ¿cuáles son los aspectos más novedosos del programa?
En primer lugar, como comentaba anteriormente, destacaría el esfuerzo que hemos hecho para reducir las horas presenciales del programa -a la mitad, comparado con otros programas similares- sin mermar los objetivos de aprendizaje. Para ello, hemos diseñado un programa, práctico que se vertebra en base a dos ejes: por diferentes áreas de la fiscalidad (Fiscalidad personal y patrimonial, empresarial, internacional y contenciosa) y por niveles de conocimiento dentro de cada área. Este último es el criterio más novedoso ya que supone dividir cada área de la fiscalidad en tres niveles: Tax fundamentals, Advanced taxation y Tax planning and specialised courses.
Explícame, por favor, cada uno de estos niveles formativos.
El primer nivel lo hemos denominado Tax fundamentals porque pretende homogeneizar entre los diferentes perfiles de participantes los conocimientos jurídico-tributarios básicos de cada especialidad tributaria. Se trata de contenidos esenciales que el participante puede adquirir de forma semipresencial gracias a unos apuntes que han sido específicamente elaborados con numerosos ejemplos auto explicativos. Este módulo permitirá a los asistentes enfocarse desde el primer día en contenidos más complejos, partiendo de un nivel mínimo elevado. El segundo nivel -Advanced taxation- tiene por objetivo profundizar en cada una de los módulos que cubren las diferentes áreas de la fiscalidad. En este apartado se analizarán los principales tributos y se trabajarán los contenidos más complejos que precisen la interacción con el profesor o con el grupo. Por último, el Tax planning and specialised courses es un nivel superior donde el participante adquirirá una visión global de la interconexión entre los distintos tributos y aprenderá técnicas de planificación fiscal.
¿Qué roles desempeña actualmente un asesor fiscal?
Las funciones de un asesor fiscal van mucho más allá de verificar que una determinada operación cumple todos los requisitos que le exige la norma para aplicar determinados beneficios fiscales. Uno de sus roles pasa por preguntarse si, en ese caso concreto, la operación tiene sentido económico, por responder a motivos económicos válidos distintos de la obtención de una ventaja fiscal. Otro ejemplo podría encontrarse en la revisión de la fortaleza fiscal de estructuras ya existentes pensadas para aprovechar los beneficios fiscales de empresas familiares o de determinados convenios internacionales para evitar la doble imposición y detectar si resistirían o no el test de la sustancia económica. Aparte, hoy en día, el profesional que se dedica al asesoramiento fiscal debe disponer sí o sí de un «sentido común fiscal» muy desarrollado para identificar los riesgos en los que pueden incurrir sus clientes y también las oportunidades fiscales de las que puedan lícitamente beneficiarse.
Por lo tanto, hablaríamos de mayor especialización y profesionalización.
Sin duda, el sector de servicios legales y fiscales lleva años profesionalizándose. En este sentido, la figura del abogado generalista que sabe de todo hace tiempo que fue sustituida por la de los especialistas en las áreas mercantil, fiscal y laboral. En el caso de los despachos grandes, hablaríamos de hiper especialistas en temas relacionados con IVA, Impuesto sobre Sociedades o expatriados con el objetivo de optimizar recursos.
¿A qué desafíos se enfrenta hoy en día un asesor fiscal?
Hoy vivimos en un entorno económico globalizado en el que se producen continuamente transacciones que sobrepasan las fronteras nacionales, con una economía digital en expansión que desdibuja las reglas tradicionales de tributación sobre la presencia física en el territorio. Además, hay una amplia libertad de movimientos de capitales y de trabajo, que también permite con relativa facilidad efectuar cambios de residencia fiscal, la utilización de vehículos de inversión situados en otros países o la diversificación de inversiones financieras y patrimoniales de personas físicas, empresas y grandes patrimonios. A esto añadiría otro aspecto: actualmente la Administración Tributaria cuenta con herramientas informáticas cada vez más potentes que le permiten disponer de información en tiempo real (por el ejemplo con el nuevo Suministro Inmediato de Información) y también ser más eficaz en la lucha contra el fraude a través del Big Data (cruce de datos, búsqueda de patrones de comportamiento y de discrepancias, etc.).
¿En qué medida el acceso a esta profesión resulta cada vez más exigente?
La sólida formación jurídica del abogado es un requisito necesario pero no suficiente ya que, además, éste ha de saber idiomas, manejarse adecuadamente con las nuevas tecnologías, gestionar equipos de personas y, sobre todo, tener visión comercial. No obstante, no hay que olvidar que, aunque estas competencias sean extremadamente importantes, ello no significa que el asesor deba descuidar su formación jurídica ya que ésta es la esencia de su expertirse y, por tanto, es crítico que el profesional reciba formación continua de calidad que le permita estar permanentemente actualizado y que desarrolle además esa «inteligencia fiscal» o «sentido común fiscal».
¿Hacia dónde se dirige la fiscalidad? ¿Cambian mucho estos retos si hablamos en términos de fiscalidad internacional?
Con las anteriores premisas, la fiscalidad se dirige, en mi opinión, a cuatro escenarios diferentes. El primero tendría que ver con un mayor control y transparencia en todo tipo de operaciones. En segundo lugar, destacaría una mayor colaboración entre los estados. La reciente firma del convenio multilateral contra la erosión de bases imponibles y el traslado de beneficios es un claro ejemplo del cambio radical impulsado por la OCDE en esta materia. El tercer escenario corresponde al creciente peso que tiene el área de precios de transferencia ya que, por su volumen, las operaciones más relevantes son las realizadas dentro de un mismo grupo multinacional (se estima que representan más del 60% de las transacciones comerciales en el mundo). Por último, es probable que también exista una mayor litigiosidad en materia fiscal, pues los estados tienen elevados déficits públicos que deberán equilibrar a través de incrementos en la recaudación.
Cuál es tu experiencia profesional en este ámbito jurídico-fiscal?
Llevo dedicándome a este ámbito hace casi 20 años. Actualmente trabajo como abogado of counsel en Bufete Gimenez-Salinas, llevando la planificación de los aspectos patrimoniales y sucesorios de empresas familiares, fiscalidad inmobiliaria, operaciones de reestructuración y fiscalidad contenciosa. Tuve la oportunidad de empezar haciendo prácticas en un gran despacho (Vialegis) donde aprendí la profesión directamente de un excelente maestro, Ángel Blesa, que había sido Jefe de la Inspección Regional de Cataluña. Recuerdo que durante esos años trabajamos muchos temas de fiscalidad inmobiliaria, planificaciones en empresas familiares y fiscalidad contenciosa. Posteriormente, trabajé en EY Abogados en los departamentos de tributación de empresas y de fiscalidad internacional para grandes grupos multinacionales. Más adelante, me cambié a una firma más pequeña (Tac Consultants) donde nuevamente volví a llevar asuntos relacionados con la fiscalidad de la empresa familiar, reestructuraciones de grupos familiares e inspecciones y recursos.
¿Cómo afrontas el reto de asumir la dirección del Master en Asesoría Fiscal de EADA?
EADA es sin duda una gran institución. Me llama la atención su extraordinario equipo profesional y su determinación por seguir creciendo y mejorando cada día la calidad y cantidad de la oferta formativa. Lo cierto es que estoy encantado de formar parte de este proyecto, diseñando un programa nuevo y diferente a lo que había en el mercado. Pienso que hemos creado un master moderno, muy adaptado a las necesidades del público al que se dirige y en el que he podido contribuir tanto mi visión como profesional que se dedica habitualmente al asesoramiento fiscal como mi experiencia previa en el diseño de programas y conocimiento de las necesidades del mercado jurídico y fiscal gracias a mi anterior responsabilidad en ESADE Business and Law School.