¿Cómo nació Orejana?
Orejana nace en febrero de 1952. Mi abuelo era oficial de notaría y tenía seis hijos. Su idea era que algunos de ellos pudieran encontrar una salida laboral en la fundación de un despacho profesional. Eran tiempos muy duros, una sociedad muy diferente a la que tenemos ahora y no era fácil acceder al mundo laboral. Finalmente, el más pequeño de los hermanos, que era mi padre, decidió dar el paso y se hizo Gestor Administrativo.
En los inicios era un despacho muy familiar que poco a poco fue aumentando la plantilla. Hasta ahora, que ya ha llegado la segunda generación y somos 9 personas trabajando. Orejana ha estado siempre ubicado en Segovia y creo que somos un despacho referente desde el punto de vista de la especialidad de la gestión administrativa de la provincia.
¿Cuáles son vuestros valores?
Destacaría en primer lugar, nuestra experiencia combinada con nuestra inquietud por innovar constantemente en un sector en el que no es tan fácil innovar. Nosotros queremos ir mucho más allá: de ser percibidos como meros transmisores de papeles y “gestionadores” de formularios, a convertirnos en agentes digitalizadores tal y cómo está evolucionando el sector. Apostamos por una tecnología que permita al cliente que le prestemos servicios de valor añadido de manera multicanal ofreciendo, entre otros nuestro software de facturación y acceso a un portal cliente.
El segundo valor que yo destacaría es nuestro afán por un asesoramiento honesto y personal. No queremos prescindir de la personalización del servicio porque creemos que la confianza es fundamental en un sector como éste.
Como tercer valor también destacaría nuestro afán constante por prestar un servicio de calidad renovado, ofreciendo un poco más al cliente de lo que se supone que es nuestro acuerdo o adelantándonos a sus necesidades.
¿Qué servicios ofrecéis y a quiénes van dirigidos?
Los servicios que prestamos en el despacho se orientan a diferentes aspectos de la gestión.
La primera área que nos diferencia es nuestra condición de especialistas en administración pública. Cada vez es más complicado para los ciudadanos el acceso a la gestión de los asuntos y creo que la figura de un agente intermediario es muy importante.
Otra área relevante del despacho es el asesoramiento fiscal y tributario tanto para pymes como para particulares residentes y no residentes. No nos limitamos a presentar modelos fiscales, sino que analizamos cómo van los negocios de las empresas que asesoramos para minimizar el impacto fiscal y que puedan utilizar sus recursos dentro de la normativa.
En tercer lugar, somos especialistas en asesoramiento laboral y seguridad social: conflictos entre empresa y trabajador, despidos, representación en actos de conciliación e incluso juicios dentro de los procesos laborales. Por último, quiero destacar nuestro servicio de asesoría jurídica, fundamentalmente enfocada al mundo empresarial, tanto civil como mercantil.
¿Cuáles crees que son los elementos diferenciales de vuestros servicios o de vuestra forma de prestarlos?
Creo que nuestro principal factor diferencial es la forma en la que prestamos nuestros servicios, apostando claramente por la tecnología sin perder la cercanía al cliente.
Aunque sabemos que el ciclo de aprendizaje de nuestros clientes en el uso de herramientas tecnológicas es un proceso largo, apostamos por acompañarlos ya que es una tendencia irreversible y aumenta claramente la eficacia de nuestros servicios. La integración de datos, la comunicación colaborativa, convierte al asesor en un compañero de viaje imprescindible.
Vuestra condición de firma segoviana ¿os marca en algún sentido?
Nuestra condición de firma segoviana nos diferencia, pero cada vez es menos importante dónde estemos ubicados para ofrecer un servicio de calidad. Sí que es verdad que, para un determinado tipo de cliente, contar con un despacho cercano es muy importante pero también es cierto que nosotros trabajamos con clientes de toda España e incluso con clientes que tienen su domicilio fiscal en otros países como EEUU o Inglaterra.
Nuestra versatilidad es importante para atender a personas que valoran la cercanía y presencialidad y otras muchas, la agilidad que nos ofrecen las comunicaciones digitales.
¿Qué papel juega el marketing digital y la innovación en vuestra firma? ¿Y la digitalización?
Claramente para nosotros el marketing digital y la innovación es una gran inquietud y por eso apostamos por ello con la contratación de personal externo que nos asesora en la comunicación digital.
También pertenecemos a un club de despachos profesionales que apuestan por la innovación y los nuevos procesos en el sector. Estar al día en innovación digital es una preocupación constante porque somos conscientes de que es un camino largo pero necesario e irreversible.
¿Realizáis algún tipo de control de calidad?
Sí, realizamos auditorías en el área de Protección de Datos todos los años y estamos desarrollando protocolos de muchos de los procesos que realizamos en el despacho en relación con la prestación de servicios o la atención a clientes.
Actualmente no contamos con una certificación de calidad como tal, pero no descartamos iniciar el proceso en breve para obtenerla. La verdad es que en algunas ocasiones puede ser un arma de doble filo porque el control excesivo puede restar eficacia y agilidad. Como en otras áreas de la gestión o de la vida, lo importante es encontrar el equilibrio.
¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
Nuestros planes para el futuro pasan por una apuesta clara por la digitalización. Creo que como sociedad y como sector obviar esta realidad sería un error y para ello nos preparamos para mejorar nuestros procesos internos y nuestra atención al cliente.
El objetivo para los próximos dos años es sistematizar procesos e incluso ir de la mano de la inteligencia artificial como una ayuda enorme que nos puede hacer mucho más ágiles y mucho más eficaces en el desempeño y en el desarrollo de nuestros servicios.
¿Cómo veis el futuro del sector?
Personalmente pienso que estamos ahora mismo en un momento de transición en el sector. Partimos de una situación con muchos despachos de pequeño tamaño y muy atomizado que ahora está empezando concentrarse. Yo siempre he dicho que el sector de asesorías- gestorías sigue la estela de la banca: primero fue la banca y ahora las gestorías asesorías y finalmente quizá ocurra algo similar en los despachos de abogados.
Poco a poco se están produciendo integraciones en el sector con lo cual el tamaño de los despachos se está haciendo un poquito más grande en la idea de dar un servicio mucho más integral, que no solamente cubra las áreas de fiscal, laboral o contable, sino que también podamos ofrecer tecnología hasta llegar a convertirnos en agentes digitalizadores de las empresas. Un ejemplo es la próxima obligatoriedad de la factura electrónica para todas las pymes. Ahí creo que nuestro papel va a ser fundamental en el acompañamiento de su implementación.
Por otra parte, nos preguntamos cómo funcionaremos en medio de la revolución que se está gestando con la inteligencia artificial, una tendencia que parece haber llegado para quedarse.
La cuestión es: ¿Cómo podemos mejorar y ofrecer mejores servicios a nuestros clientes mediante la inteligencia artificial? Esto nos permitirá trabajar de manera más eficiente, centrándonos en la parte del servicio que los clientes consideran que les aporta más valor. La rapidez que la inteligencia artificial puede proporcionarnos nos permitirá utilizar herramientas que aún están en desarrollo y experimentación, al menos en nuestro caso.
¿Tenéis vocación internacional?
Mi trayectoria profesional se inicia en la asesoría jurídica de una empresa multinacional. Mas tarde decidí continuar mi carrera en el despacho familiar manteniendo una visión que no se ciñera al territorio más cercano.
Es cierto que nosotros somos un despacho muy local que nos aporta diferenciación y calidad del servicio, pero también queremos estar al 100% preparados para prestar servicios, no solamente a clientes españoles, sino también a clientes de fuera, siempre dentro del marco legal español.