Jamás había sido tan consciente de lo difícil que es hacer planes de futuro, porque éste lo podemos situar prácticamente a un mes vista, como mucho. Y más ahora. Y no porque no tengamos, sino porque las perspectivas de éste van cambiando continuamente.
Primero la pandemia, y ahora la guerra. Y eso que, de momento, no nos toca de cerca en el sentido más físico de la palabra, aunque sí golpea nuestra alma y economía. Y malo el día en que nos acostumbremos a tanto dolor.
La sensación de que todo es como un castillo de naipes está presente siempre. Precisamente, el otro día, visitando a Josep Maria Sellares, socio director de SELLARES ASSESSORS, jurídico continuamente apostillaba: “Hace quince días te hubiera dicho otra cosa, pero ahora no sé. Todo ha cambiado”.
En vías de salir de la pesadilla del covid, del que ahora ya casi nadie se acuerda por culpa de una realidad aún más terrible, entramos en otra todavía peor. En Sellarés Assessors estaban contentos de cómo habían ido las cosas. Porque además ellos siempre han llevado la innovación y la digitalización como bandera, y eso les ayudó muchísimo durante el confinamiento. Ya hacía tiempo que habían establecido el teletrabajo.
En Sellarés ofrecen todo tipo de asesoramiento, y uno de ellos es el inmobiliario. Y me explicaba que este sector tampoco se había visto muy afectado. Él dejó claro que el mercado que mejor conocía es el de Barcelona, pero pienso que muchos datos se pueden extrapolar. Y en relación a cómo están cambiando las cosas, me decía que en un mes los presupuestos para las reformas han aumentado un 50% por ciento, debido a la crisis, que no va a mejorar. Además, esos precios allí se quedan, ya no vuelven a bajar. Eso seguro que acabará afectando a la compra de inmuebles de segunda mano.
Josep Mª tiene la esperanza de que las cosas se arreglen por la vía diplomática. Y mientras tanto, ellos, al igual que todas las firmas de asesoramiento jurídico, deben estar al pie del cañón, demostrando fortaleza, porque como ocurre siempre, son el punto de referencia de mucha gente, que busca el consuelo en un profesional que le escuche, empatice y busque soluciones.
¡Como siempre, gracias Josep Maria!